Soy un bicho raro...
Soy amante de la soledad, testaruda de la independencia en todos los aspectos que me competen, incapaz de corresponder a las amigas 24/7 pues no soy de esas que van en conjunto al servicio. En el amor soy un desastre, me enamoro lento, y voy conteniendo sentimientos hasta que se me acumulan y de repente se sale el tapón. Perdono pero me alejo de todos aquellos cuya personalidad no encaja con la mía, creo en la lealtad y la fidelidad antes, durante y después de toda relación, pero no me haré enemiga a ciegas de nadie porque a ti no te guste sin razón.
Muchos tienden a creer que soy una persona inaccesible, y hasta antipática, porque soy muy selectiva y no adapto mi forma de ser para seguir sus convicciones. Pero al conocerme se dan cuenta de que no lo soy en absoluto, sin embargo tengo la tendencia al exceso de cuidado respecto a cómo puedan afectar mis gustos, mis tiempos, mis espacios y no es hasta que la situación se desmadra que asfixiada me doy cuenta de que no puedo seguir con la situación, al final soy la mala del cuento, la incógnita de toda ecuación, y son más las amistades que pierdo que las que conservo en contacto a día de hoy. Antes me afectaba, ahora ya no.
De hecho me siento libre, feliz y plena cuando me libero de cualquier exceso de atención, y me es imposible volver atrás cuando consigo mi ritmo, mi espacio, mi verdadera condición.
Puede que a algunos no les guste, la mayoría no lo entiende, y a otros muchos les molesta y aseguran ser errónea mi conducta pero ya no me preocupa su opinión.
La felicidad depende de cada uno de nosotros, y yo ya no me adapto a lo que no me hace bien, una cosa es ceder en algunas cosas para conservar sanamente una relación y otra muy distinta, cambiar todo tu ser por encajar en la ecuación.
Recuerdo que hasta me disculpaba antiguamente, y repetían constantemente lo que me afectaba como si mi explicación se hubiese diluido, pero hace poco comprendí que no todo el mundo entiende, no todo el mundo encaja y eso es lo bello de la socialización.
Hay personas cuyo abanico de amistades se abre a 360º y necesitan el contacto cercano de humanos constantemente pero no es mi situación, y ya no me preocupa, porque disfruto de manera extrema de mi soledad elegida, y eso hace que también pueda disfrutar el doble de los pocos momentos en los que me esparzo entre más humanos, ya sea de uno en uno o en un grupo espontáneo surgido de algún brote repentino de diversificación...
Si, hoy soy feliz siendo quien soy, a pesar de lo que diga el montón.