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  • Foto del escritorAmarylis Fdz.C.

Cuando tu beso me despertó

Actualizado: 30 dic 2020


Puede que ahora no hablen del tema, pero sus labios no olvidan la ultima vez que los besaron.

Las palabras no siempre son fáciles de sacar a la luz, y menos cuando se trata de hablar de sentimientos intensos...

Si añadimos una pizca de orgullo y miedos absurdos, los labios se sellan como si se utilizara pesado y compacto cemento entre ellos.

_____


Ella le oía, mientras él no paraba de soltar palabras que la herían, era inevitable querer gritar, pero se había acostumbrado tanto a callarse, que no fue capaz de articular lo que en realidad sentía, mucho menos iba a comentar lo que pensaba, pues el temor bloqueaba su elocuencia, lo único que llegaba a decir tenia que ver con la conversación, pero ni de lejos semejaba lo que en realidad sucedía.


Sin embargo esos ojos marrones y brillantes decían todo lo contrario a lo que aquellos labios soltaban, parecía más bien un discurso ensayado, que repites para una obra, una en la que intentas despedirte de algo que deseas...


Ella no podía evitar mirarle pero le era imposible sostener la mirada sin sentirse conectada a él, como si lo que estuviera escuchando fuera exactamente lo contrario, así que inevitablemente miraba en otra dirección, para intentar creerle, para asimilar el adiós que él solicitaba tan repetidamente....


Aun así, al final se armó de valor y le pidió un beso, necesitaba sentirle, creerle, y la única manera de comprobar que era el verdadero adiós final era uniendo sus labios a los suyos para sentir directamente si de verdad ya no les unía nada más...


Él se acercó a ella, sin dudarlo si quiera, le acarició suavemente la mejilla y tomó con ternura su rostro y su cuello, para besarla lentamente, como si estuviera deseando ese beso desde hacía demasiado tiempo, disfrutó de cada caricia entre ellos como si se tratara de algo único que no quería dejar pasar, como magia pura... no se limitó a besarla un microsegundo, y despegarse. Se deleitó poco a poco entre sus labios, la acarició con los suyos una y otra vez para asegurarse que ella le sentía, no solo en su rostro, si no en su cuerpo entero, él no quería ser olvidado, él quería dejar ese mensaje tatuado en su piel... y ella lo notó también.


Callada y desconcertada, parecía estar en medio de un éxtasis profundo, notó cada una de sus caricias por cada rincón de su piel, y no hizo falta que la tocara en ninguna otra parte para darse cuenta de que no solo seguía unida a él, si no que su vínculo se había hecho aún más fuerte, porque ya no solo sentía lo que estaba pasando, si no también lo que ambos estaban sintiendo, y era mil veces más intenso que la primera vez, lo que la dejó desconcertada porque ya le había parecido increíble en aquel momento...


¿ Por qué no hiciste esto antes?

Preguntó él mientras abría lentamente los ojos para separarse...


Ella no dijo nada, no sabía que decir, su cerebro parecía seguir programado para expresar exactamente lo opuesto a lo que sentía o pensaba, así que en vez de confesarle los miedos y abrazarle fuerte mientras le decía que no debía marcharse y que ese beso era la gran prueba de que cometía un grave error, ella solo sonrió, le miró y se estremeció, pero no contestó.


No fue hasta verle cruzar la cancela que entre bromas soltó un, "así no..." al que él con risas y rápido huyó con un gesto obsceno que nada tenia que ver con su significado real.


Pero él sabia que para que la decisión que había tomado se llevara a cabo, tenia que huir de ella, seguía confundido, luchando contra lo que sentía y lo que llevaba viviendo desde que lo habían dejado hacía ya demasiado tiempo, y por mas que no funcionara él se empeñaba en seguir intentando borrarla, y se dejaba llevar por esos pequeños instantes diferentes con su otra vida, para distraerse de lo que en realidad seguía pasando.


Porque muchas veces aceptar algo que ya sabemos es lo más complicado, aunque lo tengamos delante, aunque lo llevemos dentro.


Ella despertó, pudo ver flashes de todas las veces en las que él la miró pidiendo cercanía, deseando vivir lo que ese instante activó, pero ya era tarde, ya hacia meses que él se había ido, y ya nunca más si quiera le habló.

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