top of page
  • Foto del escritorAmarylis Fdz.C.

Eso tan cómico de intentar olvidar… I



Qué puedo decir; todos hemos salido a buscar el amor después de un desamor… ¿quién no ha intentado olvidar?


El primer intento


Hacía casi un año que mi verdadera historia de amor se había quedado en standby, y aún no es que tuviera muchas ganas de conocer nuevos candidatos pero el gusanillo de la curiosidad, o las ganas de vivir de nuevo eso de las fases del cortejo me hizo caer en una historia que más que triste ahora que lo pienso es para partirse.


Fue por una red social, como le pasa a muchos hoy en día, te reencuentras con gente de tu pasado, reconéctas, te pones a conversar, luego quedas para tomar algo y entre risas y cercanía crees que aun queda algo por ahí de donde puedes tirar.


Lo curioso es que no fue precisamente una red de las que usas para ligar, todo lo contrario, y tampoco hablo de un ex amor, solo una breve y fugaz historia de universidad que se quedó inconclusa nada más empezar. Supongo que siempre he sabido reconocer los casos perdidos, la cuestión es que cuando pasa el tiempo he flagelado tanto a mi sexto sentido que se dan esos reencuentros para recordarme que mi voz interior sabe más.


La cuestión es que el susodicho y yo quedamos, y no me detuve a pensar en el hecho de que me dijera de vernos en un aparcamiento, lo achaqué a que el chico aún vivía con sus padres y no me apetecía escuchar a mi yo interior con la sirena de “stop” que no paraba de sonar, así que quedé igualmente, total, de lo que se trataba era de averiguar si podía gustarme alguien distinto al idiota que no podía olvidar.


El susodicho y yo quedamos y no fue nada irrespetuoso, la verdad fue genial, como dos amigos que se reencuentran divertidos por las anécdotas que ahora en retrospectiva se observan con un tono humorístico que ameniza un acercamiento y crea un ambiente ideal para la sonrisa boba, y los golpecitos en los hombros, en los brazos o en el muslo que puntualizan la gracia pero cuya intención final es siempre el roce carnal…


Esa primera noche no pasó de esa “quedada inocente”, y si no recuerdo mal, tampoco hubo beso al final, pero se palpaba en el ambiente la intención y la tensión sexual…

Seguimos hablando por mensajes muchos y muchos días siguientes, y no quedamos hasta que la conversación por teléfono se salió mucho de tono, lo reconozco, no me gusta ni me seduce hablar así con un tío, de hecho hace que lo descarte sin más, pero cuando la pena te invade por otro al que ya ni ves, acabas cayendo igual… y más fácil, porque sabes que no va a ningún lado salvo a la cama y ya está, pero tampoco es satisfactorio quitarle el velo del romanticismo y la posibilidad …


Otra de las cosas por las que no me gusta nada hablar en plan “caliente” por mensajes, es que la magia del presente ya no es igual, al final te pasa como cuando lees un libro, que la peli te deja con la sensación de que no valió la entrada que con tantas ganas fuiste a pagar… quizá por eso mi último ex ”príncipe” sigue ganando en comunicación como el ideal… y es que yo fui al cine a ver Crepúsculo, y me enamoré pero amé cuando abrí el libro y los leí todos hasta el final…


La noche en cuestión fue digna de película, si, pero de las tragicomedias de Hollywood, ¿qué fué eso… un ridículo a lo American Pie? Pues no sabría decir pero la des sincronización fue monumental, aquello parecía la primera vez de dos, no se de qué, la verdad, el chico tenía muchas ganas, eso era evidente, pero no había manera de que supiera como usar nada de lo que tenía delante, ni de lo poco que llevaba tampoco…

Un desastre total

Que hasta un beso sea fatídico es trágico… ahora me río, pero en ese momento mi voz no paraba de decirme TE LO DIJE con carteles de neón y trompetas de carnaval, creo que en verdad se partía de la risa viendo la escena desde el palco central…

Yo no podía estar más de mal humor, la verdad, pero supe capear la tormenta, ser cariñosa y comprensiva, le dije adiós con toda la elegancia que una buena actriz jamás debe olvidar.


Pero al marcharse cogí la almohada y me puse a gritar… ¡que frustración de verdad!


Lo gracioso es que El Niño quería repetir, e insistió bastante hasta que al final me lo encontré con su novia, cuando me dio paso en un cruce, yo caminando y el en su coche, ¿qué tal?

Si, tenía novia, y fui yo la que le dijo que volviera con ella, que dejara de buscar “nuevas experiencias” conmigo porque no había de donde tirar, ya no recuerdo qué fue exactamente lo que le dije, pero fue gracioso que en la calle nunca me dió un saludo, quizá eso de que no estaba con ella mientras hablaba conmigo era una pamplina más, como su léxico sexual…

Creo que si esa chica seguía con el, le quería de verdad…


Sorprendente, a lo mejor es que eran novios en celibato y de ahí la falta de “tacto” en la práctica de cortejo sexual…


Hasta aquí mi primer fracaso intentando olvidar …


Venga a reíros…
29 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page