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Foto del escritorAmarylis Fdz.C.

que suerte



Hoy es uno de esos días en los que me detengo a pensar y me doy cuenta de lo afortunada que soy, por todo.

Sigo sana y con todos mis miembros completos; claro que me duele la cabeza a menudo, y ni hablar del cuello o la zona lumbar, sobre todo desde que tuve que dejar el gym, porque soy incapaz de mantener una rutina en casa... Pero respiro, puedo cantar, bailar, caminar, dormir, leer, ver la tele, escribir, pintar, jugar con mi gata o sentir el aire frío, la lluvia o el sol que a veces se congregan en mis ventanas o en la terraza. Para rematar, sigo cuerda, lo que me permite estudiar, y seguir cultivando mis virtudes en aras de un futuro con una mejor solvencia, económica y emocional.


Mi familia está bien, y por lo que sé, mis amigos y demás seres queridos también.


Lo que me recuerda... cuántas veces me he sentido sola, poco querida, perdida en la zona más oscura de mi ser más emocional, no lo pregunto, porque hasta yo he perdido la cuenta. Pero esta mañana he comprendido que tengo a más personas cerca de las que podía imaginar.


Un mensaje alegre fue suficiente, para hacer que mi despertar, que se atisbaba gris, comenzara a brillar. Hay personas y momentos que te hacen razonar, volverte menos negativo y darte cuenta de que hay quien tiene menos que tú y valora al máximo cada instante de su vida y pocas veces se lamenta, como haces tú cuando algo más de la lista no sale como cabía esperar.

A veces alguien te hace reflexionar con palabras profundas, pero esta vez una simple melodía volvió a hacerme girar la balanza, de la penumbra a la alegría, como una simple canción para bailar. Su voz daba tanta alegría, que era imposible no levantarse de un salto, así, sin más.


Recuerdo que hace unos día me pasó lo mismo, y aunque esta vez no estaba sumida en la tristeza, solo gris y apagada en la rutina, una vez más esa buena energía emitida por alguien, que sin duda es especial, me hizo volver a brillar.


Entonces quise compartir esa alegría.


Hice una lista, con todos aquellos que de alguna manera han aportado en más de una ocasión buena energía a mi caminar, que se han preocupado o que me han apoyado en algún instante, o simplemente que me han hecho reír, en definitiva esa gente a la que, cuando echas un vistazo a tus recuerdos, te han hecho más feliz de lo que pensabas.

Mi sorpresa fue, que eran más de los que pensaba.


Y así llegó la segunda alegría de la mañana...


Conversando con una gran amiga, nos dimos cuenta de lo fuerte que es la energía que emana del cariño sano y positivo de aquellos que de verdad nos aportan el equilibrio que nos falta, no solo en los días grises, en los negros y en los de un azul cielo brillante.

Y nos dimos cuenta porque las dos soñamos la una con la otra, cada película tenia una historia muy distinta, que en el fondo encerraba una verdad común, y es que para ambas, la una era importante en la vida de la otra, como si de hermanitas mellizas se tratara...


Que bonito descubrir esa tercera alegría por la mañana...


Me acordé, de cada una de esas personas con las que al tropezar en la calle, cruzaba una sonrisa de fugaz complicidad, viajé por ese camino de buen rollo que surgía cuando simplemente una sonrisa correspondida me hacía volver a brillar.


Una cuarta alegría quizás...?


Luego quise plasmarlo en ésta lectura, y la verdad no se si soy elocuente en cuanto a narrativa se refiere, pero espero que si lees esta historia te des cuenta, de todo aquello por lo que debes sentirte inmensamente afortunad@, a pesar de todo lo demás que aun no es como deseas.


Y entonces un amigo me hizo reír una vez más, con sus ocurrencias y su mascota en una foto graciosa y peculiar, para variar, que inocente es, no sabe cuánto le aprecio por hacer el payaso siempre que le veo, aunque sea en una foto de whatsapp.


Quinta alegría, esto sigue fluyendo... es un no parar!


Quiero que pienses, que te fijes en cómo cambia tu energía, tus ánimos, cuando una alegría te hace brillar. Cuando te corresponden una sonrisa al caminar, te corresponden un mensaje o se acuerdan de ti al despertar. Quizá hoy hay sol en tu venta, o tienes una terraza en la que la brisa te envuelve durante las tardes de té, cerveza o café, lo que te guste tomar. Qué suerte tienes de poder elegir. Qué suerte que cuando llueve puedas envolverte en tu manta, leer un libro y acurrucarte mientras ves y oyes la lluvia al caer.


Sexta alegría: que este mensaje llegue a todos aquellos que necesitan volver a brillar.


Siete, mi número de la suerte... otra alegría?

Vaya! Que suerte la mía, hoy he vuelto a despertar!!!

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