Punto de Inflexión
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Muchas noches sucedieron en las semanas siguientes, enredados en el calor de dos cuerpos con muchas ansias e encontrarse.
Poco a poco la confianza entre ellos hizo cada vez más apasionados los encuentros entre Nico y Sam.
La confianza dio paso a las largas charlas de descanso, y cada uno fue abriéndose al otro, confesando sus pensamientos, defectos y virtudes.
Nico observaba la reacción de Sam con cada confesión que le hacía, le parecía mentira que a pesar de todo lo que le contaba, ella seguía escuchando sin juzgarle, y además parecía gustarle.
Sam le acariciaba y besaba o le daba un masaje mientras charlaban, e indagaban en la historia de cada uno, pero sobre todo en la de Nico.
Con el tiempo la confianza hizo que Sam empezar a relajarse, y a pensar en la posibilidad de que ésta vez la historia entre ellos no quedara en una corta aventura, como la ultima vez, y sentir que Nico confiaba en ella la hacía plantearse considerar volver a tomarse verdaderamente en serio la relación.
Pero Nico empezaba a dudar, cuando volvía a casa no dejaba de darle vueltas a la idea de que su última relación serla había durado ocho años y no se sentía capaz de volver a pasar por ello de nuevo, imaginaba otros ocho años más y que al final le volvían a traicionar y se convertiría en un cuarentón al que ya no se tomarían en serio. Nico se había imaginado Viajes y aventuras ahora que sus decisiones no se someterían a consenso por nadie más que él mismo, y le había gustado verse quemar esas etapas de juventud que no pudo por estar tan metido en su relación y no quería esperar a los cuarenta para experimentarlas.
Nico ignoraba que Sam también quería vivir las experiencias que él, y que buscaba un compañero de aventuras, a pesar de tener ambiciones, y proyectos, Sam había aprendido que nada ni nadie que sea bueno para ti, frenaría o frustraría tus sueños, y tenía muy claro qué tipo de acompañante quería en su vida a partir de ahora. Comenzaba a pensar que Nico era lo que estaba buscando, porque no necesitaba de ella para nada, disfrutaban de la compañía del uno y del otro y deseaban conocer los mismos lugares. Ambos estaban completos por sí solos, eran dos adultos independientes, que disfrutaban del equilibrio en sus vidas y valoraban mucho la tranquilidad.
Pero el miedo a perder su libertad le estaba ganando la batalla a esos sentimientos de Nico por Sam.
Cuando el miedo fue tomando espacio, la pasión entre ellos fue cambiando, parecía que había una coraza entre ellos. Sam notaba que los besos de Nico eran distintos , sus caricias eran interrumpidas por abrazos más bruscos y frenéticos.
Cada vez que el más mínimo atisbo de sentimiento iluminaba los ojos de Nico, abrazaba con más fuerza a Sam atrapándolos dentro de él para que solo saliera la lujuria que ardía en su piel, sin embargo se desvanecía toda esa resistencia cada vez que el baile llegaba a su fin, y su mirada se quedaba enganchada en Sam, cuestionándose su capacidad para no avanzar.
Los mensajes entre ellos también cambiaban, en frecuencia y en intención. Nico pedía a Sam que le avisara al llegar a casa pero no respondía si ella lo hacía, ya no habían planes para hacer otras cosas, todo comenzó a reducirse a una pasión nocturna; fugaz y desenfrenada...
Con el paso de los días el tiempo entre cada visita era más largo, Sam ya no sentía la chispa de la ilusión en su interior, incluso cuando volvían a verse, ya no despertaba en su pecho esa pequeña chispa que tanto ansiaba convertir en llama, y tristemente, nunca dejaron que llegara a serlo.
Equilibrio... es tan difícil conseguirlo y tan fácil perderlo...
Sam meditaba sobre cómo había cambiado todo en los últimos meses... de sentir esa pesada soledad en el pecho en Enero, pasar Febrero abrazando la libertad en paz, llegar Marzo arrasando la tranquilidad con un subidón de alegría muy pícara... que la había llevado al verano sin darse cuenta y ahora sentía el calor de un Agosto abrumador, agobiante y sin sentido...
Sam intentaba dormir mientras se preguntaba cómo algo tan perfecto podía desaparecer sin dejar rastro en tan poco tiempo, cómo era posible sentir una conexión tan a fin y que de repente ya no, ¿acaso cuando se llega a compartir esas sensaciones tan fuertes la energía se evapora sin dejar el más mínimo resto en los recipientes?.
Vacía, sin dolor, sin tristeza, sin añoranza, solo vacío, como si fuera una máquina que simula ser humana, sin alma, ya no sentía nada.
Pero Sam no dejaba de intentarlo, cuando dejó de saber de Nico, decidió darle una oportunidad a alguien nuevo... no salió nada bien.
Buscando desconectar y reiniciarse después de una catastrófica cita, decide irse de vacaciones lejos de casa, quizá así podría encontrar lo que parecía perdido e imposible de rescatar, aquello que había tenido tan cerca y había dejado marchar, eso que había estado a punto de despertar con Nico, pero que se empeñaba en hundirse muy al fondo de su ser.
Sin embargo encontró una verdad que no quería escuchar...
Lo había tenido todo, tuvo la oportunidad de dejar salir a flote esa chispa y convertirla en llama, pero sus miedos y complejos le ataron con ancla pesada todo lo bueno que podían llegar a ser.
Llegó el momento de buscar la forma de deshacerse de todas las ataduras, descubrir los nudos y desenredarse. Es la hora de la introspección.
Fin
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