Al final del camino descubrirás que solo dos cosas cambian tu vida: el amor, porque la mejora, y la muerte, porque la termina.
Una frase premonitoria al comienzo del libro final de la primera bilogía de Javier Castillo, #eldiaqueseperdióelamor y ahora que he llegado al final enoja cual puzzle como pieza central, pero debo decir que estoy un poco en shock por el desenlace... Vale no os voy a hacer spoiler, porque se que hay amigas que no se lo han leído y de hecho una de ellas está esperando a que se lo preste para leerlo.. Solo te diré que casi me da algo...
Es una trepidante historia, no logré entender el título hasta que me di cuenta de los catalizadores de la trama.
Los personajes principales siguen siendo cautivadores, y al igual que en el primero le cogí manía a los que llevan la investigación, en el anterior fue al psicólogo, aunque creo que no me cayó tan mal como el inspector Bowring de ésta continuación. En serio tío, cómo se puede ser tan... mejor no lo califico, porque sería otra forma de desvelaros mucho sobre la trama...
Evidentemente cada historia, cada personaje tiene su bagaje, su historial de traumas, pero alucino con los juegos mentales que pueden derivar tantas cosas en las personas. Creo que en la vida real no se refleja tan gráficamente porque obvio, no somos un libro, nadie escribe sobre nuestra historia en un manual explicativo que se presenta ante cada persona que conozcamos, pero creo que cada día entiendo más que el ser humano es de un complejo abrumador. Que diferentes personas traumatizadas y marcadas por su pasado de diferentes formas, acaben reaccionando unos de manera positiva y otros de manera tan catastrófica me parece alucinante y peligroso a la par.
Esta vez las 425 páginas escritas de manera separada como es costumbre del escritor, confluyen al final de una forma tan espléndida como traumática, y lo felicito por su capacidad de mantener siempre lo inesperado en cada vuelta de tuerca de la historia.
Os lo recomiendo al 100%, intenté alargar la lectura, leyendo menos capítulos al día, pero os advierto que no es fácil, porque la trama engancha de tal manera que siempre que acabas un capítulo deseas continuar al siguiente, y lo harás. Lo único que me hacía parar era que mis ojos me gritasen que tocaba dormir, porque trabajar todo el día y leer por las noches provoca este efecto, pero aun cuando cerraba los ojos me imaginaba la historia y la visualizaba cual serie en mi mente, hasta que me quedaba dormida por fin bien entrada la madrugada.
Dí cosas por sentadas al comenzar a leer, y creo que les pasará lo mismo cuando os lo leáis, pero déjense llevar por la trepidante novela, porque os aseguro que fliparéis al final.
Para aquell@s que no saben de qué os hablo aqui os dejo la sinopsis que trae la parte trasera del libro:
A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnudez en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, investigará qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.
Después del éxito arrollador de El día que se perdió la cordura, Javier Castillo regresa con una novela que explora los límites del amor. Adictiva, trepidante y absorbente, El día que se perdió el amor es una inyección de adrenalina, una experiencia única de lectura, un thriller diferente que da continuidad al fenómeno editorial que dio a conocer a una de loves más prometedoras de la novela de suspense.
Espero que os guste y disfrutéis de la lectura tanto como yo lo hice. Para terminar el artículo, haciendo honor a mi lado romántico, me quedo con la frase con la que se encabeza la sinopsis en el libro...
<<A veces el amor te pone en el camino equivocado para que sepas cuánto duele...>>
Comentários