Comencé a leer la historia porque al terminar la trilogía de << La ciudad blanca >> de Eva Saenz, me quedé enganchada a las tramas de novela negra, con sus asesinatos sin resolver y las historias de fondo de sus personajes.
Y no se equivocaron quienes me recomendaron esta lectura, definitivamente << La novia gitana>> tiene todo aquello que me cautiva de una historia. Aventura, misterio, tensión y romance, son contenidos clave en esta historia en la que se pueden ver los matices de una infinidad de grises de entre las distintas personalidades que confluyen en la historia. Desde los prejuicios sociales, a la corrupción y la ambición de quienes dirigen los sistemas, hasta los traumas sin resolver de aquellos que luchan por la seguridad y la justicia a la vez que contra sus propios fantasmas.
Elena, la protagonista, es el personaje más completo de todos, pues su lucha diaria no se limita a la cacería de los malos del caso sobre la novia gitana asesinada justo en su despedida de soltera, si no que divide sus energías para seguir investigando la desaparición de su ser querido hace ya varios años atrás, mientras utiliza el sexo, el alcohol y el karaoke para distraerse cuando se frustra por no encontrar respuestas que la ayuden para avanzar en ambos casos, porque no se limita a buscar un asesino o un secuestrador, sino que también empatiza con las víctimas e intenta comprender la historia desde diversos puntos de vista, como el de la madre de la víctima, con quien se siente de alguna manera conectada, o con el padre de la misma, con quien de alguna manera intenta conectar porque le entiende aún cuando todo el mundo lo juzga por su procedencia étnica.
Luego tenemos al equipo, un variopinto grupo de individuos que de alguna manera conforman las muletas perfectas de la inspectora, y el forastero principiante, que no solo acaba siendo su salvavidas íntimo si no también profesional y quien a pesar de su falta de experiencia le enseña a cambiar de perspectiva para darse cuenta de que es humana y también comete errores y que el sistema en el que tanto se aferra no es infalible.
Siempre ha de haber un titiritero, cada historia en la que se observa la acción de un grupo respecto a un caso, siempre hay quien mueve los hilos para encausar la historia a favor de algún beneficio, y ése es Rentero... un envidioso y ambicioso hombre de lujos y excentricidades que ha llegado a la cúspide de la pirámide social a base de manipular a su antojo las historias y así quedar como el héroe sin si quiera mojarse los zapatos.
Lo más emocionante y frustrante de la historia es que, como siempre, la víctima encontrada cuyo caso está pendiente no es la única. Pero averiguarlo y quedarse de piedra con la respuesta es la misión de ustedes pues no voy a desvelarlo todo para que se disfruten tanto como yo lo hice mientras leía enganchada a las páginas de esta novela que cautiva.
Sin embargo creo que el personaje mas complejo e interesante es el asesino. Se me hace impresionante cómo los traumas de la infancia pueden convertirse en psicopatologías tan peligrosas capaces de distorsionar la realidad y el entorno que persiven. El trasfondo psicológico de la historia puede que sea lo que más me ha dejado pensado, comprender las reacciones humanas y llegar a prever sus momentos, sus sentimientos o sus pensamientos, es algo que me ha fascinado toda la vida, y cuando encuentro una historia con esos componentes tan bien engarzados me es imposible seguir hasta el final la lectura, de haber tenido más tiempo libre, estoy segura de que habría terminado de leerlo en menos de una semana.
Convencida de que les gustará sin lugar a dudas a todos aquellos amantes de la novela negra, les recomiendo a los que no la hayan leído que la devoren sin demora, yo mientras tanto voy buscar la segunda parte de esta historia porque estoy segura de que la disfrutare igual.
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