¿Puede alguien hacer sentir tantas emociones con sólo palabras...?
Esa es la pregunta que me hago desde que anoche acabé con el segundo libro de la trilogía de Carmen Mola, a la que me enganché en verano, por sugerencia de alguien... singular.
Pero esa es otra historia que ahora no voy a contar...
De lo que si voy a hablar es de LA RED PÚRPURA.
Vaya novela, me quedé desconsolada anoche al ver que estaba leyendo el final, ni si quiera me daba cuenta de que todo estaba llegando al desenlace.
La capacidad de mantenernos enganchados y expectantes a cada suceso, me ha sobrecogido.
Elena Blanco, la protagonista de ésta historia desde todos los ángulos, está sumergida de lleno en éste caso, y eso la hace perder la perspectiva e incluso arriesgarse a todo, con tal de resolverlo, pero lo que más la saca de su prudencia policial profesional es precisamente lo que más la hunde en el abismo de la red que pretende desarticular.
Vemos a un equipo más humano en ésta entrega, todos y cada uno de los compañeros de brigada de la inspectora, también viven historias paralelas a la central que a la vez están relacionadas entre si por el propio caso.
Elena se derrumba y todo su equipo hace de paracaídas, Rentero esta vez es más asertivo, aunque no menos corruptamente interesado. Zárate parece más maduro y coherente que la propia jefa. A Mariajo le empiezan a pesar los años, pero no deja que eso la frene. Buendía parece ser el único que sabe mantener la calma. Mientras que Chesca se debate entre lo que siente y lo que ve pasar ante sus ojos. Pero Orduño es quien más nos muestra su apasionado e inocente corazón en ésta entrega.
Todo un cóctel de emociones marinado con mucha acción y peligro, que transporta al lector a todo un mundo obscuro y lleno de violencia apasionada que guarda un trasfondo psicológico muy triste y lo deja pensando en lo mucho que puede cambiar una persona cuando se encuentra en un ambiente que promueve la oscuridad que de algún modo todos llevamos dentro. Sin embargo, deja lugar a la esperanza.
Deseando comenzar el siguiente, os recomiendo encarecidamente que probéis ésta vibrante historia, pero les advierto que deben estar preparados para el nudo en el estómago constante que se vive a cada capítulo.
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